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Joan Fontcuberta cierra el año expositivo de La Caverna de la Luz

Fechas
Del jueves, 04/12/2025 al miércoles, 31/12/2025

Lugar: La Caverna de la Luz (LCDLLUZ )

Organiza: La Caverna de la Luz (LCDLLUZ )

Precio: Entrada libre hasta completar aforo.

¿Plantas, rocas o animales? Esa naturaleza indecisa desde tiempos inmemoriales hizo de los corales un misterio científico que acrecentó su valor como talismanes mágicos, como singulares piezas de Gabinetes de Curiosidades y como preciosas piezas de orfebrería.

Aunque el término “coral” no tenga un significado taxonómico específico, bajo él se incluye una gran variedad de tipos de organismos marinos pertenecientes al filo Cnidaria y a las clases Anthozoa e Hydrozoa. Los corales presentan una extraordinaria diversidad morfológica y no ha de extrañar que despertaran en su momento la curiosidad del joven naturalista Charles Darwin. Durante su famoso viaje a bordo del HMS Beagle (1831-1836), Darwin recaló brevemente en las Islas Galápagos y luego en la Islas Cocos (Keeling). Fueron cortas pero provechosas ocasiones para observar los corales y entender su importancia en el sostenimiento de la biodiversidad.

¿Qué hubiese sucedido si Darwin, tras dedicar más tiempo a la investigación coralina en aquellos parajes, hubiese dado con especies de evolución disruptiva?

A finales de los años 1930, el fotógrafo Alfred Ehrhardt empezó a fotografiar la rica colección de corales del Museo de Historia Natural de Hamburgo, que incluía hallazgos, como los Cryptocnidaria, que Darwin nunca llegó a conocer. Su propósito ambicionaba incluso revisitar aquellos archipiélagos legendarios para documentar sus maravillosos tesoros coralinos. Pero la guerra frustró ese viaje y también el libro que debía conmemorar el centenario de la publicación de The Structure and Distribution of Coral Reefs (1842), en el que Darwin empezó a esbozar el aparato interpretativo de la Teoría de la Evolución. Un bombardeo destruyó por completo el museo y toda su colección se malogró.

En el proyecto presentado aquí, Joan Fontcuberta recoge el testigo y emprende la aventura que Ehrhardt no pudo culminar, logrando recopilar tanto en aquellos lugares remotos como en las colecciones de museos de historia natural europeos un extraordinario inventario de los corales más raros y desconocidos.