La actriz Mónica González Megoya indaga en la memoria de su abuelo para "Contar el exilio a cuatro voces"

  • Esta propuesta está financiada por la Fundación Santander Creativa (FSC) a través de su convocatoria general de subvenciones.
  • En concreto, la convocatoria incluía dos modalidades: una dirigida a iniciativas de larga trayectoria (modalidad A) y otra pensada para propuestas inéditas (modalidad B). Este proyecto fue seleccionado dentro de la modalidad B.
  • Diseñado por la compañía de teatro Quásar, dirigida por la actriz Mónica González Megoya, en colaboración con Ultramarinos de Lucas.
  • El libro ilustrado se presentará en noviembre en La Vorágine y en la librería Dlibros de Torrelavega.
24 de octubre de 2020

Ramón Megoya fue un exiliado más de la Guerra Civil, pero también fue el abuelo de Mónica González Megoya, actriz y directora de la compañía de teatro Quásar, dedicada en cuerpo y alma durante los últimos meses a indagar y ahondar en la historia de Ramón para contar el exilio que sufrieron decenas de miles de personas durante la guerra y la posguerra en España.

Lo contará a cuatro voces, es decir, a partir de cuatro lenguajes artísticos distintos: el plástico, el literario, el escénico y el audiovisual. De hecho, la propuesta se titula así: "Contar el exilio a cuatro voces", un proyecto financiado por la Fundación Santander Creativa (FSC) y al que se ha unido Ultramarinos de Lucas, compañía reconocida en 2015 con el Premio Nacional de las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud.

"Mi abuelo ha sido el punto de partida que me ha permitido investigar y ahondar en la intangible memoria colectiva a partir de los silencios que generó su ausencia y de todas las preguntas sin respuesta que aún nos hacemos hoy como ciudadanía", explica Mónica mientras cuenta que esta investigación los ha llevado hasta los campos de concentración franceses de Argelia, donde han descubierto un inmenso vacío, un país y un relato completamente olvidados.

Este proyecto tratará precisamente de acercar al público de una forma atractiva y emocionante esa parte de la historia olvidada a través de distintas experiencias artísticas. Además, abordará cuestiones vinculadas con la identidad y la importancia de reconocerse como sociedad en esta época de éxodos masivos. Y tratará también de recordar y reconocer a aquellos hombres y mujeres que sufrieron aquel terrible exilio y que todavía hoy permanecen silenciados.

Asimismo, otra de las aristas de la iniciativa tiene que ver con llegar a los más jóvenes. Por eso, "Contar el exilio" no solo se dirigirá a la ciudadanía en general, sino que se acercará especialmente a docentes y alumnos de centros educativos. En concreto, las actividades que proponen son:

1.Publicación de un libro con ilustraciones originales

Este libro surge a partir de la historia de Ramón Megoya, una historia que podría ser similar a la de los miles de exiliados y refugiados que existen en el mundo. Escrito por Mónica González, recogerá el proceso de investigación sobre el exilio de Ramón y los hallazgos obtenidos: documentos, cartas, listados. Las ilustraciones son de Carlos Abascal, artista y diseñador plástico que ha tomado como inspiración el extenso banco de imágenes encontradas sobre el exilio, centrándose, esencialmente, en el éxodo masivo que tuvo lugar por barco desde el puerto de Alicante y en los campos de concentración argelinos. Se presentará en La Vorágine y Dlibros el 19 y 20 de noviembre respectivamente.

2. Exhibición del espectáculo "SED, memoria del exilio"

La obra cuenta con una dramaturgia propia, creada desde la investigación realizada sobre el exilio republicano español y ubicada en lo que sucedió en el norte de África después de la Guerra Civil. "El arte escénico integra todas las artes -desde la plástica a la literatura pasando por la danza o la música- un arte capaz de hacer viva la historia ante los ojos fascinados del espectador", ha indicado Mónica. Un lienzo de cuatro metros formará parte de la escenografía de la obra.

3. Grabación de una pieza audiovisual

La situación provocada por la pandemia impedirá las visitas y los encuentros a institutos y a algunos espacios culturales, por lo que se grabará un video que recogerá toda la experiencia artística e histórica del proyecto y que será enviado a los centros educativos.

"Con el exilio de Ramón Megoya como origen, nuestra intención es plasmar en imágenes la totalidad del proceso artístico que hemos llevado a cabo alrededor del exilio, así como los testimonios históricos y documentales", asegura Mónica.

La idea es que el espectador se acerque a la historia del exilio republicano de la mano de artistas y creadores involucrados en el proyecto: historiadores, músicos, dramaturgos, artistas plásticos, actores, realizadores. Se incluirán fragmentos teatrales de la obra "SED, memoria del exilio". 

4. Encuentros y conferencias

Siempre que sea posible, se desarrollarán encuentros en torno al exilio en distintos espacios de la ciudad para dar a conocer el proyecto, dialogar y generar debate entre artistas, historiadores y público en general.

Colaboradores

Para el desarrollo de este trabajo ha sido esencial el apoyo y asesoramiento de historiadores, colectivos y asociaciones de memoria histórica como Jesús Rodríguez Salvanés, archivista de la Fundación Francisco Caballero, que ha aportado documentación al proyecto. También el Colectivo Desmemoriados de Santander, con el que se han mantenido varios  encuentros. Y las aportaciones de Andrés Rebolledo Barreno, miembro de La Casa de la Memoria La Sauceda, un espacio de investigación, documentación y divulgación de la Memoria Histórica.

Han colaborado además Carolina Hernáiz, del colectivo La Vorágine, Eliane Ortega Bernabeu, activista en favor de la recuperación de la memoria del exilio republicano en el norte de África y David Coronado, presidente de la asociación de memoria histórica Associació Stanbrook, centrada en un viejo carguero inglés que llevó a más de 2000 republicanos a Argelia una vez finalizada la guerra civil española.

 *Esta propuesta está financiada por la Fundación Santander Creativa (FSC) a través de su convocatoria general de subvenciones. En concreto, la convocatoria incluía dos modalidades: una dirigida a iniciativas de larga trayectoria (modalidad A) y otra pensada para propuestas inéditas (Cultura Emprende-modalidad B). Este proyecto fue seleccionado dentro de la modalidad B.