¿Podría una comunidad transitoria, reunida en una pequeña ciudad atlántica, contribuir a la transformación del paisaje social dentro y fuera de su contexto más directo? Partiendo de esta pregunta, la propuesta ”Praxis” de la organización artística fluent que -desde septiembre hasta diciembre- reúne en Santander a una veintena de estudiantes de distintos países con un grupo de académicos y profesionales, trata de profundizar en el papel de las artes y las humanidades como un espacio de pensamiento y acción social.
El grupo se compone de escritores, activistas ecologistas, artistas, coreógrafos, profesionales de la salud, poetas y comisarios que buscan vincular nuestro contexto local con la educación artístico–humanística y dotarla de una estructura pedagógica que la organización define como ‘‘fundamental para el desarrollo de la sociedad’’.
Los participantes
A este programa educativo se presentaron un total de 98 candidatos de 35 países, de los cuales han sido elegidos 20 para participar en una plataforma educativa, financiada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santander y reconocida en la convocatoria de subvenciones de la Fundación Santander Creativa (FSC); concretamente en la modalidad “Cultura Emprende”, que valora proyectos de nueva creación. También cuenta con el apoyo del Gobierno de Cantabria, la Autoridad Portuaria de Santander y la Fundación Botín, que colaboran con la cesión de espacios para el desarrollo de las clases.
A la presentación de esta mañana han asistido Noemí Méndez, concejala de Cultura, Almudena Díaz, directora de la FSC, José Antonio González Fuentes, director general de Cultura y Patrimonio Histórico, Eduardo García, responsable de las actividades culturales de la Autoridad Portuaria de Santander, Alejandro Alonso, uno de los responsables del proyecto y Daniela Ruiz Moreno, coordinadora de la iniciativa.
“Praxis” aúna disciplinas artísticas diversas (escritura, escultura, performance, sonido, instalación, poesía, danza, y otras muchas manifestaciones artísticas experimentales) junto a campos de las humanidades, el activismo y las ciencias sociales como la ecología, la historia del arte, la filosofía o la antropología.
Con el fin de contribuir a la creación real y continuada de una comunidad cultural sólida, el principal objetivo es formar a este grupo de estudiantes (tanto locales como internacionales) e integrarlos en la vida cultural de la ciudad, creando un grupo diverso que durante estos meses convive, piensa, colabora, produce y aprende de manera conjunta.
Las 20 personas seleccionadas forman parte de una comunidad de aprendizaje que trae consigo interrogantes de gran relevancia para los discursos artísticos actuales, con profesores y ponentes de varias disciplinas, entre los que se encuentran académicos, escritores, filósofos, artistas, directores de museos, antropólogos, investigadores, economistas políticos y artistas de reconocido prestigio internacional procedentes de universidades como la de Columbia o Harvard.
Cuatro dimensiones
Los contenidos se organizan en cuatro bloques: El primero “Dimensión vital” aborda, entre otras cuestiones, la relación de la práctica artística con las estructuras sociales y naturales del mundo actual. Dirigido por Yayo Herrero, antropóloga, ingeniera, profesora y activista eco-feminista, también son parte del profesorado de este bloque el filósofo e investigador Michael Marder, el colectivo artístico INLAND Campo Adentro, la comisaria e investigadora Bárbara Rodríguez Muñoz y el artista alemán Reto Pulfer.
*El ecofeminismo es una corriente de pensamiento que integra feminismo y ecologismo.
El segundo bloque explora el lenguaje y la identidad y está dirigido por el poeta y profesor estadounidense CAConrad. Además, cuenta con la participación de la autora Dodie Bellamy, que centra sus obras en la sexualidad y la política y Paulino Viota, cineasta, profesor y escritor santanderino.
El tercer bloque, denominado “Dimensión estructural”, ofrece un análisis minucioso sobre los sistemas e infraestructuras contemporáneas que regulan nuestras vidas. El activista y académico estadounidense Stefano Harney es el responsable de dirigir esta parte del programa en la que intervienen -además- Denise Ferreira da Silva, profesora en la Universidad de Nueva York, Maurin Dietrich, curadora y actual directora del Kunstverein de Munich, Lamin Fofana, artista sonoro y el artista Ibon Aranberri, cuyas clases este trimestre coinciden con una gran retrospectiva en el Museo Reina Sofía, que explora la relación entre naturaleza y cultura, el comisario del pabellón de España en la próxima bienal de Venecia, Agustín Pérez Rubio y Alejandro Alonso Díaz, curador, escritor y director de fluent.
En el cuarto y último bloque se estudia la dimensión corporal y del movimiento bajo la dirección de Andrea Rodrigo. Rodrigo es investigadora y curadora en el campo de la danza y la coreografía contemporáneas e Isabel de Naverán, junto a la cual mantiene una conversación en curso, investiga la relación entre arte, coreografía contemporánea y performance. Junto a ellas intervienen las artistas B. Ingrid Olson y Aitana Cordero.
Relación con la ciudad
Más allá de las sesiones de trabajo, tutorías, seminarios, clases y actividades que realizan los propios integrantes del programa, “Praxis” se abrirá a la ciudad a través de unas jornadas abiertas en las que los participantes compartirán sus investigaciones y trabajos con el público interesado, a través de performances, charlas, lecturas y proyecciones. Esta apertura del programa tendrá lugar a final del curso, en diciembre. Durante las clases que ya se están desarrollando, el grupo debate y decide cual será el formato más idóneo para compartir estos trabajos.
Además, fluent acompaña a los estudiantes para que profundicen en su relación con el tejido cultural y artístico de la ciudad a través de encuentros informales, visitas a espacios como librerías, centros de arte, bibliotecas y parques.
La falta de educación artística y humanística
La realización de Praxis en el contexto concreto de Santander surge de una pregunta, fundamental para fluent. Según explica Alejandro Alonso Díaz, director de la organización: “¿Cómo puede generarse un engranaje sostenible entre una ciudad que en pocos años acogerá al menos cinco grandes instituciones museísticas y la falta de estructuras educativas en esos campos?, ¿Quiénes van a ser los profesionales que trabajen en estos centros?, ¿Quiénes van a ser sus públicos?
“Hay demasiada tendencia a la compartimentación y a la distancia entre campos artístico–humanísticos, por lo que ponerlos a dialogar desde la base (la educación) es realmente necesario”, comenta.
Y añade: “Un contexto cultural verdaderamente rico es impensable sin una estructura educativa que lo incentive, por lo que una plataforma de estas características operando en la ciudad podría nutrir de maneras muy ricas y beneficiosas a los espacios museísticos, expositivos e institucionales que se están generando, pero también a la propia sociedad de futuros que todavía están por imaginar”.
Con el objetivo de ofrecer un espacio pedagógico interdisciplinar y crítico, que contribuya a generar un tejido cultural más heterogéneo y crear redes de trabajo entre profesionales locales e internacionales; estudiantes locales e internacionales con los ciudadanos de Santander, nace este proyecto.
